El desnudo, secreto lenguaje de la evidencia.
El desnudo a partir de modelo no deja de ser un retrato que suma las dos mayores dificultades a que se enfrenta el artista: dotar de vida a sus figuras y lograr el parecido de cada individualidad, y el parecido no se reduce a plasmar las proporciones correctas, sino que entraña el oportuno reflejo de la expresión del momento y también del carácter, que es algo permanente y que siempre aflora tras cada uno de los yoes asumidos ante diversas circunstancias.
Pero los artistas, que no nos resignamos a encarnar la inevitable insignificancia que compartimos con el resto de los mortales, en nuestro vano afán de trascendencia, nos empeñamos en transformar el desnudo que nos sirve como excusa para nuestras composiciones, a veces, mediante la parábola de un esplendoroso fuego de artificio, de abigarrado colorido, y otras, en cuatro someros trazos que pretenden enunciar la síntesis de nuestro mensaje.