El desnudo femenino es, seguramente, el motivo que más me agrada interpretar, y también es lo más difícil de todo.
Suelo pintar un lienzo en una o en dos sesiones. Y puedo enseñar a alumnos, previamente familiarizados con la técnica del óleo y con el dibujo de la figura humana, para que consigan pintar sus propios desnudos. Trabajamos con una modelo. Analizo la pose y explico cómo considero las proporciones y cómo organizo la composición.
Encajo la figura en el lienzo, con ocre muy diluido con aguarrás, y afronto lo más difícil, la consecución del parecido.
Mancho toda la carnación y entono el fondo, para armonizar el conjunto.
Empezamos a definir, progresivamente, valorando mediante realces y fundiendo.
Necesitamos una modelo y un aula climatizada, para que nos se nos resfríe la chica.
Cada alumno trae su propio caballete y sus lienzos, óleos y pinceles.
Para progresar adecuadamente, necesitamos unas 54 sesiones de tres horas.